Estudios Sociales

Año 55, Vol. XLVI, número 168

Julio-diciembre 2023

DOCUMENTOS

El significado de El retorno de las yolas para el pensamiento dominicano

The significance of El retorno de las yolas for the dominican thought

La signification de El retorno de las yolas pour la pensée dominicaine

Pablo Mella, SJ*

* Filósofo y teólogo dominicana. Sacerdote jesuita. Director académico del Instituto Superior Bonó y de la Revista “Estudios Sociales”. Miembro directivo del Centro Montalvo.

Correo electrónico: pablomellasj@bono.edu.do

ORCID: 0000-0002-3905-1281

Conferencia pronunciada en la Feria del Libro de Nueva York, celebrada el sábado 16 de octubre de 2021, en la escuela de Medios y Comunicaciones, en el Campus Educacional George Washington, localizado en la 549 Audubon Avenue New York, NY 10040. El motivo central fue la presentación en territorio norteamericano de la segunda edición de Silvio Torres-Saillant, El retorno de las yolas. Ensayos sobre diáspora, democracia y dominicanidad (Santo Domingo: Editorial Universitaria Bonó/Ediciones MSC, 2019).


Quisiera compartir en esta ocasión de reconocimiento a la persona y la obra de Silvio Torres- Saillant un acontecimiento editorial que me parece crucial para la historia sociocultural de la República Dominicana. Desarrollaré mi reflexión teniendo de trasfondo lo que podría llamarse una visión interconectada del mundo, presente en pensamientos tan diversos como las cosmovisiones indígenas, los griegos clásicos, Leibniz o el papa Francisco. Esta visión interconectada del mundo se resume en esta frase: “En el mundo, todo está conectado”. Con este presupuesto, quisiéramos estudiar la dominicanidad como parte de la gran aventura humana, evitando encerrarnos en etnicidades estériles y deficitarias de interculturalidad. Desde esta perspectiva, la historia cultural dominicana es como una ventana por la que nos asomamos a la historicidad humana, que se encuentra en continua transformación abriendo nuevas posibilidades en su esfuerzo anónimo y cotidiano de redibujar las fronteras que excluyen a los seres humanos más desfavorecidos.

El punto que me parece crucial para la historia sociocultural dominicana es la publicación de la obra El retorno de las yolas, una recopilación del pensamiento de Silvio Torres-Saillant, cuyo primer ensayo consiste en una versión ampliada de una ponencia escrita por el autor para el seminario “La República Dominicana en el Umbral del Siglo XXI”. Este simposio tuvo lugar los días 24 a 26 de julio de 1997, en el Recinto Santo Tomás de Aquino de la Pontificia Universidad Católica Madre y Maestra, en la ciudad de Santo Domingo. No debe perderse de vista que sea el título de este ensayo el elegido por Torres-Saillant para el título global de una obra en la que recopila otros ensayos que también exponen su pensamiento social sobre la cultura dominicana finisecular. La primera edición del libro El retorno de las yolas fue publicada en 1999. Una segunda edición ha sido publicada al cumplirse los 20 años, la cual tenemos a bien presentar en el marco de esta XII Feria del Libro Dominicano de Nueva York.

La historia sociocultural dominicana en la encrucijada

¿Por qué adjetivo de crucial esta publicación de Silvio Torres-Saillant? Porque representa un punto de inflexión, un cruce de caminos que en lo adelante separará los itinerarios de los pensadores de la dominicanidad. Veremos casi inmediatamente en qué consiste este carácter crucial de El retorno de las yolas. Antes permítanme decirles que fue este significado histórico que nos motivó a los miembros de la Editorial Universitaria Bonó a tomar la decisión de publicar la segunda edición 20 años después, en 2019. A esto se sumaba que la primera edición estaba ya agotada. Quiero destacar igualmente que es esta labor editorial la que nos trae como invitados a esta edición 2021 de la Feria del Libro Dominicano de Nueva York, más con toda justicia dedicada a nuestro querido Silvio. Agradecemos la gentil invitación de Silvio y de los organizadores de la Feria por darnos esta oportunidad.

¿Por qué refiero este carácter crucial concretamente a la historia sociocultural dominicana? Porque, como puede verse con claridad, no estamos ante una obra de ciencias naturales, ni de economía, ni de geografía… En términos amplios, los textos que componen El retorno de las yolas pueden situarse dentro de la metodología de los llamados estudios culturales (cultural studies), los cuales tienen como objetivo valorizar y empoderar la capacidad de agencia de los sectores subalternos de las sociedades del capitalismo tardío, invisibilizados e incluso denostados por los discursos hegemónicos. En vez de repetir de manera obsesiva el canon consagrado de los miembros de la cultura de élites o de la historiografía oficial, los estudios culturales miran las prácticas cotidianas de los excluidos de la sociedad para construir relaciones sociales más inclusivas y democráticas. En este sentido, creo que esta obra de Silvio Torres-Saillant puede considerarse como el primer texto de los estudios culturales dominicanos. Desde aquí se puede interpretar el subtítulo de la obra: Ensayos sobre diáspora, democracia y dominicanidad. ¡Ojalá que esta trinidad conceptual nunca la perdamos de vista!

La composición de la obra y sus tesis centrales

La primera edición de El retorno de las yolas contaba con 467 páginas. La prosa de Torres- Saillant es enérgica, donde el cuidado estético de la expresión se pone al servicio de la radicalidad de las aseveraciones. Cuando la leí por primera vez, me recordada en más de un rasgo el estilo comunicativo del filósofo y activista negro norteamericano Cornel West, profesor de la Universidad de Princeton. Por eso, antes de tratar personalmente a Silvio, lo llamaba “El Cornel West dominicano”. (Quizá, ahora que conozco un poco mejor la trayectoria de Silvio, tendría que decir que Cornel West es el Silvio Torres norteamericano).

La primera edición de El retorno de las yolas contenía 18 artículos publicados entre 1991 y 1998, a los que se añadieron tres textos inéditos, entre los cuales se encontraba, justamente, el ensayo “El retorno de las yolas”. Los nuevos textos añadidos en aquella ocasión daban unidad conceptual al resto de los artículos. Estos “textos argamasa” han sido conservados en la segunda edición. Según nos explica el mismo Torres-Saillant en uno de ellos, el titulado “Antelación” (p. 291 de la segunda edición), la obra está dividida en dos grandes partes, respondiendo al propósito general de la recopilación de sus artículos. Cabe señalar que lo que el autor llama partes no se refiere al modo editorial en que están agrupados los artículos incluidos en la recopilación, sino más bien a las preocupaciones de fondo que atraviesan con mayor o menor predominancia todos los textos. Estas son sus palabras:

Los ensayos recogidos en este tomo pretenden abordar algunos aspectos de la compleja realidad dominicana actual a partir del análisis del discurso público, la interpretación de las relaciones de poder y la evaluación del pensamiento de las élites. Una parte de ellos enfoca el drama dominicano como se vive en la diáspora y otra pondera la dinámica social en la tierra natal vista desde la diáspora.

Reflexionemos un poco sobre las palabras clave de esta explicación dada por el autor sobre la estructura de su obra y veamos el doble movimiento que implican. En este doble movimiento identifico el punto crucial al que me he referido desde un inicio. Por un lado, se afirma que lo dominicano es dramático y que se vive de manera peculiar en el contexto diaspórico; por otro lado, ese contexto diaspórico engendra un punto de vista particular para analizar y evaluar la dinámica social que acontece sobre el territorio nacional dominicano.

Es esta “ida y vuelta hermenéutica” la que constituye el novedoso aporte de Silvio Torres-Saillant a la historia del pensamiento dominicano. Con palabras del mismo autor, podemos llamar a este nuevo enfoque para comprender la sociedad dominicana: el pensamiento de la diáspora dominicana. Este enfoque añade un nuevo acápite a la historia del pensamiento dominicano. Por este aporte habremos de estar eternamente agradecidos los dominicanos a Silvio Torres-Saillant. Veamos sus dos grandes tópicos o temáticas centrales.

En primer lugar, un grupo de artículos se refieren a la responsabilidad política de la intelectualidad o intelligentsia dominicana. Esta intelligentsia está compuesta por el establishment político, por la jerarquía eclesiástica y por los que podrían considerarse formalmente como los intelectuales dominicanos. En esta temática Silvio Torres es bien polémico y osado. Imagino que, al pasar de los años, cuando la fogosidad generosa de la juventud se calma, Silvio sonreirá más de una vez diciendo: “la vida tiene sus ritmos que no se pueden acelerar; yo creía entonces que podía acelerar muchos cambios”. Recordando una frase famosa de Lilís, acuñada en el marco de la discusión de quiénes eran los padres de la Patria, el más joven entonces Torres-Saillant se propuso remover el altar de la intelectualidad dominicana, aunque se cayeran sus santos.

El presupuesto de Silvio Torres-Saillant en su tarea desacralizadora de las letras canónicas dominicanas queda expresado en esta proposición: “La obra de nuestros intelectuales requiere una lectura compleja y completa que se aleje de lirismos y sacramentos” (p. 207 de la segunda edición). Y sobre este presupuesto propone una hermenéutica práctica del canon literario dominicano que evoca los tetrafármacos epicúreos:

Hay que despejar de la cabeza de nuestros jóvenes la noción enfermiza de que reconocer imperfecciones en un Ramón Marrero Aristy, un Franklin Mieses Burgos, una Aída Cartagena Portalatín, un Juan Bosch o un Manuel Rueda significa irrespetarlos. Si vamos a llegar a algún lugar como pueblo, debemos arriesgamos a sacudir el altar no obstante los santos que caigan. Realmente hay muy poco que temer. Pues no es la santidad de nuestros letrados lo que va a ayudar al país a forjar un destino promisorio. Es el aporte concreto que ellos hayan hecho. Y, si resulta que no han hecho tal aporte, vale la pena entonces que no solamente caigan del altar, sino que se les destierre allende los confines de la parroquia (p. 207).

Sobre este primer tópico de una lectura no sacral del canon oficial dominicano, solo quiero destacar la importancia del ensayo “La oblicua intelectualidad dominicana”, publicado en la tristemente desaparecida revista Rumbo, en el año 1995. Su lectura sigue teniendo mucha vigencia y nos cuestiona a todos los que queremos colaborar con la democracia dominicana desde el trabajo académico en humanidades, ciencias sociales y filosofía.

El segundo gran tópico que trata Silvio Torres-Saillant en El retorno de las yolas se refiere a la interpretación denigrante que se hacía de los entonces llamados “dominican yorks” en la opinión pública dominicana. De manera desenfadada, en el preámbulo del primer y más importante ensayo de la obra, Torres-Saillant adopta en gesto desafiante esta voz enunciadora: “Confesiones de un dominican york”. El intelectual que se abre camino en el mundo académico de Estados Unidos reclama así el derecho que tienen los migrantes pobres dominicanos para ser tratados en el mundo de las letras como sujetos válidos de la interpretación de la cultura dominicana. De acuerdo con el autor, esta cultura que rebautiza con el sustantivo “diáspora”, tiene como su locus por excelencia esta barriada de Washington Heigths donde nos encontramos.

Torres-Saillant aclara, nueva vez desafiante y coherente con su tesis, que “a los dominicanos de encumbrado rango social, como Virgilio Díaz Grullón o Bernardo Vega, nadie los incluiría en la nómina de los dominican-yorks, aunque vivieran largos años en Norteamérica” (p. 32). Y en segundo momento se posiciona sin ambigüedades en el desafío al modo hegemónico de comprender la cultura dominicana: “Por proceder de un estrato social de menor grado y por llenar los requisitos ya mencionados, yo me tengo el apelativo dominican-york super ganado” (p. 32). Así, el autor envuelve su vida con la clave hermenéutica que está creando, tomando distancia del ideal positivista engañoso de tener una mirada neutra y objetiva de la realidad social, despojada de cualquier valoración; pero sobre todo daba a entender que con afirmaciones explícitas como esta renunciaba a ser incluido de una vez para siempre en el canon oficial.

De partida, Torres-Saillant deconstruye la sinonimia que el habla dominicana establecía entre “dominican york” y “dominicano ausente”. Los diaspóricos no están ausentes de la realidad dominicana, sino que forman parte activa de ella; pero se hacen presentes de una manera novedosa que chirrea en más de un aspecto en los oídos de los que se quedaron en la isla.

Esta obra epistémica de Silvio Torres-Saillant ha contribuido para el reconocimiento sociopolítico del migrante pobre dominicano.

El habla dominicana se ha ido purificando de sus exclusiones y ahora se prefiere hablar de las comunidades dominicanas en el extranjero. El mismo término “diáspora” se ha extendido en la esfera pública dentro del territorio nacional. La intelectualidad dominicana debió comenzar a comprender de otro modo la realidad del migrante dominicano a Estados Unidos y a valorarla en términos positivos. Torres-Saillant ha dado un primer aporte fundamental. Ha convertido la experiencia diaspórica en un principio interpretativo para estudiar, criticar y transformar la sociedad dominicana hacia relaciones más democráticas. En este sentido, el término diáspora no señala tan solo un conjunto de personas; es el signo crítico por excelencia para un diagnóstico sociopolítico radical y realista. En palabras de nuestro autor, “en su definición más cruda, una diáspora no es más que una masa humana cuyo Estado original le ha fallado” (p. 42). A su vez, la diáspora, como signo crítico, provoca un diagnóstico del fenómeno migratorio dominicano: “El gran éxodo dominicano no tiene causa mayor que la incapacidad estatal de proporcionar a los estratos menos privilegiados de la población por lo menos un mínimo de garantía social” (p. 42). He aquí la gran tarea aún pendiente de la democracia dominicana.

Así la diáspora acaba convirtiéndose en los ensayos de Torres-Saillant en un modo de ver la evolución histórica dominicana. Por esta razón, el autor enfatiza que escribe desde la diáspora, arguyendo que este lugar epistémico posibilita un modo diferente de ver la dominicanidad. Lo más significativo es que quien está en la diáspora puede situarse en este “espacio difuso… al margen de las presiones que impone el ambiente político de la tierra natal” (pp. 196-197).

A mi entender, con esta declaración quedan puestas las bases fundamentales de los nuevos Dominican Studies, hechos por dominicanas y dominicanos de extracción popular que hacen vida en los espacios universitarios y en el mundo de las letras norteamericanos. Con este movimiento histórico, se le echa la pala de cal definitiva al discurso de menosprecio hacia el migrante pobre dominicano, hasta entonces etiquetado como “dominican york”. Ahora, gracias a la audacia intelectual de Silvio Torres, los “dominican yorks” tienen una palabra en la opinión pública dominicana.

Una breve descripción de la segunda edición

La Editorial Universitaria Bonó decidió sacar una segunda edición de esta obra capital del pensamiento dominicano al cumplirse los 20 años de su primera publicación. La distancia temporal permitió tomar algunas decisiones editoriales que favorecieran su lectura. Desde el punto de vista estético, el texto fue diagramado de nuevo y fue renovada su portada. En cuanto al contenido, de los 18 textos originales se conservaron 12, bajo el supuesto de que respondían de manera más coherente a la tesis central y al aporte específico de la obra publicada como libro.

Sin embargo, se añadió un importante ensayo, bien largo, del mismo Silvio Torres Saillant, que evalúa el significado de su trabajo veinte años después. Aparece publicado como postfacio. Retrabaja el texto escrito por el autor para el 50 aniversario de nuestra revista Estudios sociales, publicada por el Centro Montalvo y el Instituto Superior Bonó. Este postfacio ofrece, por un lado, una reflexión de las consecuencias que ha tenido la primera edición de El retorno de las yolas. Por otro lado, el postfacio puede considerarse como el testamento intelectual del Silvio Torres, como creador de una corriente innovadora del pensamiento dominicano. Me permito recomendar especialmente la lectura del último y largo párrafo que comienza así:

Me daría pena imaginar un momento en que la diáspora de la que soy parte ya no goce de la potestad de ofrecer una alternativa al trujillismo cultural que sigue vigente en la sociedad dominicana y que dejemos de ofrecer un frente de solidaridad para los compatriotas de la tierra ancestral que combaten el autoritarismo, la exclusión, la desigualdad y “los peores valores de la humanidad”. (p. 284)

Señalemos de paso que la categoría trujillismo cultural es una creación léxica de Silvio Torres y una categoría clave en esta obra.

Sobre las novedades que presenta esta segunda edición quiero destacar el enjundioso prólogo escrito por un gran amigo de Silvio Torres, quien estaría presente también esta feria, el intelectual dominicano radicado en Canadá, Néstor Rodríguez.

Algunas tareas pendientes

Si asumimos la tesis de la historia dominicana Neici Zeller, profesora en William Patterson University y miembro del Consejo Editorial de nuestra Editorial Universitaria Bonó, los Dominican Studies tienen nuevas tareas por delante, abiertas por las nuevas generaciones de dominicanos y dominicanas nacidas aquí, es decir, los que componen la segunda generación de la diáspora dominicana cuyos padres salieron huyendo de la pobreza y la violencia política del postrujillismo. Ahora bien, para estos jóvenes, cabe señalarlo, el libro El retorno de las yolas seguirá siendo su intertexto fundamental, aun cuando no lo conozcan o lo hayan leído, pues el pensamiento de su autor ya está totalmente integrado al imaginario dominicano.

Torres-Saillant ha abierto una nueva pista hermenéutica para la cultura dominicana. Esa nueva pista lo llevó a explicitar críticamente la adscripción de clase de la intelectualidad dominicana y el rol que juegan las políticas estatales en los estudios de la dominicanidad. Esta tarea debe de ser renovada en estos momentos, en que prácticamente toda la intelectualidad dominicana está al servicio del Estado dominicano o del gran empresariado.

Por otra parte, cabe señalar que Torres-Saillant fue el primero en reflexionar con buen nivel intelectual el doble movimiento cultural que se produce entre la diáspora dominicana popular y el territorio que dejaron atrás. Por un lado, está el modo en que han sido percibidos los dominicanos migrantes en la sociedad dominicana; por otro lado, se encuentran los modos en que los sujetos diaspóricos recomponen su memoria y valoran la sociedad que los vio nacer y el Estado que los expulsó.

Una tarea que quedó abierta entonces era describir cómo la diáspora misma va realizando la nueva síntesis cultural. Esta tarea quedó en manos de nuevos intelectuales dominicanos que han ido emergiendo en los centros académicos norteamericanos y que han comenzado a enriquecer las maneras en que los dominicanos desarrollan sus vidas en suelo norteamericano. Esta tarea comenzó a ser llenada específicamente por Ginetta Candelario, con su texto premiado Black behind the Ears (El negro detrás de la oreja), cuya traducción española pondremos a circular mañana en el marco de esta XII Feria del Libro Dominicano de Nueva York. Forman parte destacado de este corpus lo siguientes libros: El imaginario racial dominicano, de Milagros Ricourt; Dividing Hispaniola: The Dominican Republic’s Border Campaing against Haiti, de Edward Paulino; y Bordes de la dominicanidad, de Lorgia García

Peña. (Todos estos libros, salvo el de Paulino, conforman la Colección Diáspora Dominicana de la Editorial Universitaria Bonó). Igualmente, cabe destacar que el mismo Silvio Torres había contribuido a esta tarea en otra publicación impresa un año antes de la primera edición de El retorno de las yolas. Esta obra, de carácter sociológico, fue trabajada junto a Ramona Hernández y lleva como título The Dominican Americans.

Como todos sabemos, tanto el mundo de la literatura como el de la pintura están llenos de los aportes de creadores dominicanos en suelo norteamericano. No los menciono, para no dejar fuera a nadie, pero, sobre todo, por no ser mi campo de conocimiento.

Párrafo aparte merece la tarea de carácter institucional, igualmente fundadora de los nuevos estudios dominicanos e iniciada por Silvio Torres-Saillant junto con Ramona Hernández y Anthony Stevens-Acevedo. Hablamos de la creación del Dominican Studies Institute adscrito a CUNY University. Esta tarea más infraestructural, de apoyo al trabajo intelectual interesado en suelo norteamericano por la temática dominicana, tampoco quedó adecuadamente visualizada en la obra pionera de nuestro autor homenajeado.

Podemos decir, para finalizar, que con su impactante tono ensayístico El retorno de las yolas ha dado el banderazo de salida para una necesaria e inacabable tarea de abrir una pluralidad más inclusiva en la interpretación de la historia sociocultural dominicana.